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DR. JOHN JAIRO HOYOS
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LA ETICA EN LA MEDICINA ESTETICA

Sócrates, Platón y Aristóteles, explicaban la ética como el arte de vivir para lograr la felicidad. Este concepto se ha mantenido en la historia, y en la actualidad podemos ampliar esta definición y decir que es la ciencia de la moral y las obligaciones del hombre, las reglas que rigen la conducta, el actuar manteniendo los valores culturales, al cual se le denomina “ethos”.
Aplicados a la ética médica, la definiríamos como las reglas y principios que rigen la conducta profesional del médico y que implican una dedicación a valores más elevados que la ganancia financiera. Es así como existe el Código de Ética Médica, el cual obedece a un esfuerzo por fortalecer el “ethos” médico, y el mismo comprende la conducta apropiada que deben tener médicos con relación a los pacientes, colegas, profesionales afines y a la sociedad.

“La necesidad de la belleza nació con el hombre, pero la belleza es millones de millones de años más antigua que él”
   Dr. León Hernández G.

 El aisthetikós, la aisthesis, la estética, la sensación de lo bello es inherente al ser humano. Desde su aparición en el planeta, el hombre se ha dejado seducir por la belleza, la busca, la imita y quiere ser parte de ella. La búsqueda de la belleza se vuelve una actividad cotidiana  porque  reconforta y  proporciona placer.

 Como todas las sensaciones, el juzgamiento de lo estético depende de la percepción del estímulo a través de los órganos sensoriales y de la influencia que el individuo tenga de los patrones sociales y culturales establecidos como bellos.

 Todas las culturas y sociedades siempre han establecido patrones estéticos para las manifestaciones artísticas, para la arquitectura, para la apropiación y explotación de la naturaleza y también para el propio ser humano. Incluso, dentro de una misma cultura y época, existen patrones estéticos para los subgrupos o subculturas; por ejemplo, los patrones estéticos del movimiento punk pueden ser no estéticos para otros grupos sociales, pero es totalmente válido para ese grupo específico. Todos estos patrones se convierten en paradigmas estéticos y signos de aceptación social y status en el nivel social. Así, la búsqueda de esos paradigmas, se establece como un objetivo para gran parte de las personas de ese grupo social. A la necesidad de natural de belleza, se le suma el deseo por lograr el parámetro de belleza socialmente establecido y aceptado.

Los filósofos de la Ilustración expresaban la idea de que un cuerpo hermoso era expresión visible de la virtud humana, por el contrario, los cuerpos feos significaban espíritus no saludables. Se establecía así un vínculo entre la sensación que percibe la gente del cuerpo  que habita y su felicidad mental, concepto que actualmente sigue vigente. Entra a jugar un papel importante la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo lograr entonces la hermosura del cuerpo si no se nació con ella, si se perdió accidentalmente o por enfermedad o simplemente por el inevitable paso de los años?.

Nos vemos avocados, médicos y pacientes, a un mercado de la estética médica motivado por la demanda creciente de servicios para lograr un deseo: el patrón estético impuesto. Dicho mercado, es creado y mantenido por negociantes que han pensado en todo: publicidad, tecnología y destacados científicos a su servicio. Estos negociantes, palabras más, palabras menos han contribuido a vulgarizar las disciplinas dedicadas al tema con el popularizado lema de “ no existen seres humanos feos sino pobres”. La belleza se convierte entonces en un producto más de la  sociedad de consumo y muchos de los profesionales que se dedican a ella quedan sujetos a ser los obreros y artesanos de una industria que impone los patrones, los tratamientos y la tecnología para lograrla. El aisthetikós queda aplastado así por el comercio. La sensación por lo bello, la fascinación por la belleza que viene de adentro de lo más ancestral y que es inherente al ser humano quedan dominados por el ánimo mercantil de una industria.

Debemos resaltar la magnifica labor de aquellas empresas que dedican gran cantidad de recursos (tiempo, dinero y personal) a la investigación constante para el desarrollo de nuevos productos y tecnologías para ser usados en la Medicina Estética. 

Gracias a ellos, la vida de millones de personas en todo el mundo ha cambiado, mejorado y hasta se ha salvado.  Gracias a ellos, cada día son más las personas que pueden beneficiarse de la medicina estética,  lo que hasta hace poco era privilegio para pocos, ya sea por  los altos costos o por el temor de someterse a una cirugía.  Gracias a ellos, los médicos estéticos podemos ofrecer una gran variedad de tratamientos sin tener que recurrir a las cirugías y someternos a los riesgos y posibles complicaciones que éstas conllevan. 

Sin embargo, también debemos llamar la atención sobre la ligereza e irresponsabilidad con la que algunas empresas entregan productos y  tecnologías al mercado.  Estas empresas mercadean y venden sus equipos sin respaldo científico serio, es decir sin estudios previos debidamente realizados y comprobados para garantizar la seguridad en su uso y la efectividad en los resultados.  Inclusive muchas veces venden los equipos con publicidad y folletos engañosos y generalmente sin ningún respaldo técnico.  Esto ha provocado terribles consecuencias: complicaciones inesperadas y en algunos casos irreparables, pacientes que se sienten engañados y estafados, médicos estafados y con reputaciones menoscabadas.

 La estética propia del ser humano es definitivamente un elemento más en la cotidianeidad de su vida, absolutamente necesario, personal y con repercusiones sociales; es irrespetuoso entonces tratarla como un producto de consumo.

Estética

Desde el punto de vista filosófico, es la rama que estudia el significado de la belleza en general, la naturaleza del arte y la validez de los juicios sobre la creación artística, independientemente de la naturaleza de dicha obra de arte, que en nuestro objeto de estudio sería el ser humano, máxima expresión de la Creación.

El término Estética comienza a ser utilizado por primera vez por Alexander Baumgarten en el año 1750, quien tomó la palabra griega “aisthesis”, que significa “sentido”, y definió la belleza como: ”la percepción de la sabiduría que se adquiere a través de los sentidos”, y consecuentemente la estética como la “ciencia del conocimiento sensitivo”.

Pero Baungarten la consideró una forma confusa e inferior del pensamiento, y es Kant en 1790, quién reclamó el estatus de la estética a la par de la ética y la lógica o razón pura. Algo similar vivimos hoy día cuando después de haber considerado la estética del hombre como lo hizo Baungarten, nos unimos a Kant para reclamar sus derechos y defender su valor.

EL PACIENTE ESTETICO Y PSIQUIATRIA
La relación de la medicina estética con estados emocionales y mentales en los sujetos afectados por in esteticismos, plantean alteraciones corporales o faciales en sujetos con una estructura de personalidad ajustada a la realidad, con una sana aspiración de verse y sentirse mejor físicamente. Aquellas personas con alteraciones graves de su imagen corporal, como es el caso de los trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia) y el trastorno dismórfico corporal, trastornos en los cuáles la patología fundamental es de índole psiquiátrica.
No podemos negar que con el auge del consumismo de una sociedad cada vez más materialista y obsesionada por la perfección y el culto al cuerpo se han dejado al margen otros valores. Sin embargo, es importante considerar que usamos un rostro y un cuerpo, y que éstos son nuestra puerta de entrada al mundo de las relaciones interpersonales, siendo imposible negar la relevancia del sentirse satisfecho y conforme con la apariencia física
Es importante agregar que gran parte de in esteticismos como el acné, la obesidad, los cambios en la piel por efecto del envejecimiento, las insuficiencias vasculares periféricas, la celulitis, entre otras alteraciones, representan consecuencias negativas no sólo en la salud física del afectado, sino también en su salud mental, en especial, en el desarrollo de cuadros depresivos, ansiedad, sensación de rechazo social, baja autoestima y sentimientos de minusvalía.
Estas alteraciones podrían conducir a un deterioro global de la calidad de vida de esa persona, afectándose drásticamente su desempeño individual, social, familiar y laboral. Por ello, desde esta perspectiva, la Medicina Estética y la Psiquiatría están altamente relacionadas en la vida de todo ser humano.
Durante el siglo XX y el actual se han desarrollado extraordinarios avances en la ciencia y en la tecnología, que, junto con cambios sociales, culturales y de estilos de vida, también han generado nuevas concepciones de la belleza, que comprometen seriamente la integridad del ser humano, debido a que son patrones de belleza corporal no ajustados a la realidad. Un ejemplo es cómo los medios de comunicación y la publicidad fomentan la imitación de cuerpos de modelos extremadamente delgadas como símbolo de bienestar, salud, felicidad, éxito y poder.
Se ha consignado que el descontento con la imagen corporal genera daños psicológicos tales como:
 A) Baja en los niveles de autoestima. Varios estudios confirman que del 25% al 40% de la autoestima está relacionada con la imagen personal negativa o positiva, queriendo decir que si a alguien no le gusta su cuerpo le sería muy difícil gustarle la persona que habite dentro de él.
 B) Problemas interpersonales de ansiedad que dificultan la interacción social. Tener una imagen corporal negativa genera temor a las reuniones sociales y a proyectarse ante los demás, la persona tiene vergüenza, y como mecanismo de escape tratará de estar lejos de aquellas situaciones donde pueda estar expuesta su apariencia.
C) Puede influir en las relaciones sexuales. La persona siente que su cuerpo desnudo es feo, que es inaceptable. En un acto que produce ansiedad, causando dificultades sexuales. La persona estará más entregada a mirar cómo se ve su cuerpo, relegando el disfrute de la propia experiencia.
D) Problemas depresivos, que a su vez son los causantes de rechazo a la propia apariencia, creándose pensamientos de desesperanza y de autocrítica.
E) Desórdenes de la alimentación que degeneran en anorexia nerviosa o en la bulimia.
  Un 33% de las mujeres que consultan a un especialista de medicina y cirugía cosmética presentan alteraciones en la percepción de su imagen corporal, mientras que en la población general el porcentaje de las personas "obsesionadas" por su aspecto es del 10%.
  La imagen corporal es un factor que influye de manera positiva o negativa en la autoestima
Los medios publicitarios, la cultura y la sociedad juegan un papel fundamental en patrones de belleza considerados como los ideales.
La apariencia física y la salud mental están estrechamente relacionadas, desde grados leves de malestar psicológico hasta trastornos neuróticos, psicóticos y de la personalidad.
Es prioritario evaluar el estado emocional y mental de los pacientes que consultan tratamientos de estética; sus expectativas con el tratamiento, fantasías, complejos, miedos, nivel de ansiedad y depresión.
Los pacientes con trastornos de la imagen corporal no deben ser tratados solo estéticamente, el tratamiento es multidisciplinario pero fundamentalmente psicológico/psiquiátrico.
El médico estético debe tener en cuenta los aspectos antes mencionados y capacitarse para evaluar adecuadamente desde el punto de vista mental y emocional a los pacientes que asisten a las consultas de estética. Si hay sospecha de patologías que escapan a su área, lo adecuado es canalizarlos a un profesional en salud metal.
Estadísticamente, el 33,9% de mujeres que consultan a un especialista presentan alteraciones en la percepción de su imagen, y el 46% de pacientes obesos sufre al menos algún trastorno mental.
LA MEDICINA ESTÉTICA, UNA NUEVA ESPECIALIDAD
Hacia el año 1972, cuatro médicos europeos de manera aislada, iniciaron un nuevo enfoque del trabajo en la estética y la salud. Son ellos: Jean J. Legrand (Endocrinólogo Francés), Carlo A. Bartoletti (Cirujano Plástico Italiano), Michel DeLune (Dermatólogo Belga) y José Font Riera (Endocrinólogo Español).
Ese nuevo enfoque, apuntaba hacia la mirada integral de la salud en la estética del paciente con una visión científica y académica en el estudio y manejo de las patologías que comprometen la estética del paciente y la posibilidad de que con el tiempo dicha disciplina llegara a convertirse en una especialidad médica.
Los campos en los que incursiona la medicina estética, abarcan la obesología, la paniculopatia edemato fibroesclerótica o celulitis, la dermoestética y dermocosmética, la lipoplastia menor, la fitocosmética, la flebolinfología estética, la mesoterapia o intradermoterapia estética, la tricología estética, la endocrinología estética, la electroestática, medicina L.A.S.E.R. y en general el enfoque integral del paciente que busca el mejoramiento de su armonía estética siempre y cuando sea por una vía saludable y no se arriesgue ni comprometa su estado de salud.
En Colombia, la medicina estética ha tenido serios tropiezos debido a la forma y las circunstancias como ha salido a presentarse frente a la comunidad médica y de pacientes.  En primer lugar, las personas que iniciaron la práctica de técnicas propias de la medicina estética, no tiene la suficiente preparación y en muchos de los casos son personas que no son médicos y que sin embargo realizan actos propios y exclusivos de la profesión.  En segundo lugar, la escasa reglamentación y conocimiento sobre el tema de la medicina estética por parte de las autoridades de salud, facultades de medicina y asociaciones médicas ha propiciado que prolifere una práctica sin control y que se cree un concepto erróneo de qué es, quiénes, cómo y en dónde se debe practicar la medicina estética.  Por último, las nuevas normas de seguridad social y el nuevo planteamiento del sistema de salud, han llevado a muchos médicos generales y especialistas a buscar en la práctica de la medicina estética la solución de su situación económica y de dependencia de las Empresas Prestadoras de Servicios (E.P.S.), muchas veces sin ninguna formación o con una superficial e inadecuada preparación.  Todo esto propicia un crecimiento de practicantes de técnicas médicas en apariencia sencillas e inofensivas con unas deficientes bases académicas.  La consecuencia final y obvia es la sucesiva lista de pacientes con secuelas iatrogénicas en algunos casos fatales, que generalmente son la carta de presentación ante la comunidad, las instituciones de salud y los médicos en general de la medicina estética.
El Médico Estético debe ser un profesional:
  ï‚§ Ético.
  ï‚§ Socialmente responsable.
  ï‚§ Con sólidos conocimientos científicos sobre la piel, sus enfermedades y sus relaciones con el ser como un todo.
  ï‚§ Con capacidad investigativa y crítica para la búsqueda, análisis y manejo de la información y la literatura científica.
  ï‚§ Capacitado para la comunicación y el trabajo en equipo.
Ante todo en la medicina estética existe una unidad de contenido: el tratamiento de los procesos que afectan la estética, su prevención y la promoción de la belleza y el bienestar; lo que ha motivado la aparición de técnicas específicas para su diagnóstico y tratamiento.

Todo esto constituye un cuerpo de doctrina, delimitando así claramente las afecciones que corresponden al enfoque clínico de la medicina estética.

La medicina estética no reclama la exclusividad del tratamiento de estas afecciones, sino el hecho de que los profesionales que la practican tienen la formación necesaria para enfocar su tratamiento desde un punto de vista médico- estético, atendiendo tanto a la curación o mejoría del proceso como a dar una especial atención a los aspectos estéticos que la evolución del proceso y su tratamiento conlleva.

ETICA - LEY 1164 DE 2007

CAPITULO VI
De la prestación  ética y bioética de los servicios

Artículo 34. Del contexto ético de la prestación de los servicios. Los principios, valores, derechos y deberes que fundamentan las profesiones y ocupaciones en salud, se enmarcan en el contexto del cuidado respetuoso de la vida y la dignidad de cada ser humano, y en la promoción de su desarrollo existencial, procurando su integridad física, genética, funcional, psicológica, social, cultural y espiritual sin distinciones de edad, credo, sexo, raza, nacionalidad, lengua, cultura, condición socioeconómica e ideología política, y de un medio ambiente sano.
La conducta de quien ejerce la profesión u ocupación en salud, debe estar dentro de los límites del Código de Ética de su profesión u oficio y de las normas generales que rigen para todos los ciudadanos, establecidas en la Constitución y la ley.

Artículo 35. De los principios Éticos y Bioéticos. Además de los principios rectores consagrados en la Constitución Política, son requisitos de quien ejerce una profesión u ocupación en salud, la veracidad, la igualdad, la autonomía, la beneficencia, el mal menor, la no maleficencia, la totalidad y la causa de doble efecto.
De veracidad: El personal de salud debe ser coherente con lo que se es, piensa, dice y hace con todas las personas que se relaciona en el ejercicio de su profesión u ocupación.
De igualdad: Se debe reconocer el mismo derecho a todos, por ser igualmente humanos, a la buena calidad de atención en salud, y a la diferencia de atención conforme a las necesidades de cada uno.
De autonomía: El personal de salud debe ejercer su capacidad para deliberar, decidir y actuar. Las decisiones personales, siempre que no afecten desfavorablemente a sí mismo y a los demás, deberán ser respetadas. El afectado en lo referente a este principio o, de no poderlo hacer, su representante legal, es quien debe autónomamente decidir sobre la conveniencia o no, y oportunidad de actos que atañen principalmente a los intereses y derechos del afectado.
De beneficencia: Se debe hacer lo que conviene a cada ser humano respetando sus características particulares, teniendo más cuidado con el más débil o necesitado y procurando que el beneficio sea más abundante y menos demandante de esfuerzos en términos de riesgos y costos. La cronicidad, gravedad o incurabilidad de la enfermedad no constituye motivo para privar de la asistencia proporcionada a ningún ser humano; se debe abogar por que se respeten de modo especial los derechos de quienes pertenecen a grupos vulnerables y estén limitados en el ejercicio de su autonomía.
Del mal menor: Se deberá elegir el menor mal evitando transgredir el derecho a la integridad, cuando hay que obrar sin dilación y las posibles decisiones puedan generar consecuencias menos graves que las que se deriven de no actuar.
De no maleficencia: Se debe realizar los actos que, aunque no beneficien, puedan evitar daño. La omisión de actos se sancionará cuando desencadena o pone en peligro de una situación lesiva.
De totalidad: Se deben eliminar las partes de un individuo humano siempre que sea necesario para su conservación, teniendo en cuenta los siguientes requisitos:
a) Que el órgano o parte, por su alteración o funcionamiento, constituya una seria amenaza o cause daño a todos los organismos
b) Que este daño no pueda ser evitado o al menos disminuido notablemente, sino con la mutilación en cuestión
c) Que el porcentaje de eficacia de la mutilación, según el avance científico y recursos del momento, haga deducir que es razonable la acción
d) Que se prevea, por la experiencia y los recursos con que se cuenta, que el efecto negativo, es decir, la mutilación en cuestión y sus consecuencias, será compensado con el efecto positivo.
De causa de doble efecto: Es éticamente aceptable realizar una acción en sí misma buena o indiferente que tenga un efecto bueno y uno malo, si:
a) La acción en sí misma, es decir, sin tener en cuenta las circunstancias, es buena o indiferente
b) La intención es lograr el efecto bueno
c) El efecto bueno se da al menos con igual inmediatez que el malo, no mediante el efecto malo
d) Debe haber una razón urgente para actuar y el bien que se busca debe superar el mal que se permite. No es ético conseguir un bien menor a costa de un mal mayor
e) Si el efecto bueno pudiera obtenerse por otro medio, no es ético hacerlo por un medio que implique un efecto malo.

Artículo 36. De los valores. El ejercicio de la profesión u ocupación se realizará teniendo en cuenta los siguientes valores: humanidad, dignidad, responsabilidad, prudencia y secreto, aplicándolos a sí mismo, a las otras personas, la comunidad, la profesión u ocupación, y las instituciones.
Humanidad: El valor de la humanidad es superior a cualquier otro y debe reconocerse su prioridad respecto a los demás valores. Cada ser humano debe ser tratado por el personal que ejerce una profesión u ocupación en salud de acuerdo con una jerarquía razonablemente sustentada de sus necesidades biológicas, psicológicas, sociales y espirituales.
Dignidad: Debe reconocerse la dignidad de cada ser de la especie humana, entendida como mayor excelencia entre los seres vivos, por la que no puede ser maltratado por sí mismo ni por otro, ni ser instrumentalizado o discriminado, sino ser promovido dentro de sus características.
Responsabilidad: Se debe analizar, dar razón y asumir las consecuencias de las propias acciones u omisiones en lo referente al ejercicio de la profesión u ocupación.
Prudencia: Se debe aplicar la sensatez a la conducta práctica no sólo en cuanto a ponerse fines, sino en cuanto a una valoración acertada de los medios y de los mismos fines, ponderando previamente qué fin se desea alcanzar, con qué actos, cuáles son sus consecuencias positivas y negativas para sí mismo y para los demás, y cuáles los medios y el momento más adecuado para alcanzarlos.
El secreto: Se debe mantener la confidencialidad, confiabilidad y credibilidad en el cumplimiento de los compromisos.

Artículo 37. De los derechos del Talento Humano en Salud. El ejercicio de la profesión u ocupación se realizará teniendo en cuenta el derecho a la objeción de conciencia, a la protección laboral, al buen nombre, al compromiso ético y al ejercicio competente.
Del derecho a la objeción de conciencia: El personal de salud puede presentar objeción de conciencia ante todo lo que la pueda violentar.
De la protección laboral: Debe garantizarse en lo posible, al personal que ejerce una profesión u ocupación en salud la integridad física y mental, y el descanso que compense los posibles riesgos que se asuman en el trabajo y permita atender dignamente a quien recibe sus servicios. No será causal de inhabilidad para el ejercicio laboral en administración pública la sanción que haya sido declarada extinta por cualquiera de las causales señaladas en la ley.
Del derecho al buen nombre: No se mencionarán las limitaciones, deficiencias o fracasos, del equipo de trabajo para menoscabar sus derechos y estimular el ascenso o progreso laboral, excepto cuando sea necesario y justo, por el bien de terceros. También se evitará todo tipo de conductas lesivas, tales como ultrajes físicos o psicológicos, injurias, calumnias, falsos testimonios o críticas nocivas.
Del compromiso ético: El Talento Humano en Salud rehusará la prestación de sus servicios para actos que sean contrarios a la ética profesional cuando existan condiciones que interfieran su libre y correcto ejercicio.
Del ejercicio competente: El Talento Humano en Salud debe ser ubicado de acuerdo a sus competencias correspondientes a sus títulos o certificados expedidos por la entidad educativa. No se comprometerán a realizar labores que excedan su capacidad.

Artículo 38. De los deberes del Talento Humano en Salud. El ejercicio de la profesión u ocupación se realizará teniendo en cuenta el deber de la protección de los lazos afectivos del paciente, la promoción de una cultura ética, la reserva con los fármacos, productos y técnicas desconocidas, la formación de los aprendices y la responsabilidad de aplicar la ética y la  bioética en salud.
De la protección de los lazos afectivos del paciente: Se protegerá el derecho de cada ser humano a la privacidad, la comunicación y a mantener los lazos afectivos con su familia y amigos, dentro de sus circunstancias de salud.
De la promoción de una cultura ética: Debe promoverse la participación en la creación de espacios para la reflexión ética sobre las situaciones cotidianas de la práctica y los problemas que inciden en las relaciones, en el trabajo de educación, organizaciones empresariales y gremiales relacionadas con la salud.
De la reserva con los fármacos, productos y técnicas desconocidos: Se debe denunciar y abstenerse de participar en propaganda, promoción, venta y utilización de productos, cuando se conocen los daños que producen o se tienen dudas sobre los efectos que puedan causar a los seres humanos y al ambiente.
De la formación de los aprendices: En el desarrollo de la actividad académica respectiva, el personal de salud contribuirá a la formación integral del estudiante estimulando en él un pensamiento crítico, la creatividad, el interés por la investigación científica y la educación permanente.
De la responsabilidad de aplicar la é tica y la bioética en salud: El personal de salud debe difundir y poner en práctica los principios, valores, derechos y deberes mencionados en esta ley, compete de modo especial a quienes conforman los tribunales de ética de cada profesión, los comités bioéticos: clínicos asistenciales y de investigación, los profesores de ética y bioética de las carreras y ocupaciones en salud, los comités ad hoc y demás grupos, asesores y decisorios de la ética y bioética en salud velar por la aplicación y difusión de estas disciplinas.

Las obligaciones ético-estéticas ante los pacientes comprenden:

- Darle respuesta real a nuestros pacientes
- No dejarnos llevar por la publicidad industrial o por la ansiedad de nuestros pacientes.
- El paciente debe intervenir, parcialmente en las decisiones. Saber lo que le incomoda,     y no lo que nos incomoda a nosotros del paciente. Tampoco debemos permitir que éste decida cuál procedimiento o tratamiento necesita, por encima del que requiere realmente, “Primun non nocere”.
- Los médicos no debemos entrar en el mercado de la promoción mercantilista.
- Debemos promover siempre la salud cutánea con orientaciones preventivas sobre la exposición solar.
- Mantener la piel sana. Las cámaras de bronceado ofrecen bienestar al paciente, pero es un procedimiento de riesgo, y no debe promoverse como método estético. Podemos ofrecer los productos de broncead o artificial como alternativa.
- Los pacientes con SIDA no deben ser excluidos de procedimientos estéticos como la lipoescultura para eliminar el estigma que producen los medicamentos de esta enfermedad que son liporeductores.
- Mantener la funcionalidad
- Mantener patrones culturales y sociales.
Debemos mantener un equilibrio necesario entre la ética, la estética y la lógica para determinar la conducta adecuada ante cada paciente y persona en particular, no podemos dejar que la posibilidad de lucrarnos en un determinado momento, nos obnubile y perdamos nuestra postura moral, como tampoco podemos decidir que una conducta médica debe dirigirse exclusivamente a enfermedades orgánicas sin tomar en cuenta la psiquis.
Debemos practicar el pensamiento lógico que nos permita mantener siempre la ciencia basada en la evidencia y nunca aprovecharnos de las debilidades humanas para obtener ganancia y lucro.


En un artículo de reciente aparición (Recomendaciones para un control de los conflictos de interés en medicina. Rev. chil. Neuro psiquiatr. v.43 n.2 Santiago jun. 2005) la Asociación de Sociedades Médicas Científicas de Chile – ASOCIMED-  define conflicto de interés como "una condición donde un juicio o acción que debería estar determinado por un valor primario, definido por razones profesionales o éticas, podría estar o aparecer influido por un segundo interés" y mencionan varias situaciones que pueden conducir a un conflicto de interés en medicina, entre ellas:
  ï‚§ Recibir invitaciones, viajes u obsequios de valor.
  ï‚§ Desarrollar actividades económicas paralelas al ejercicio de su profesión y que puedan verse favorecidas, en cualquier forma, por el ejercicio simultáneo de ambas actividades.
  ï‚§ Promover o recetar medicamentos de instituciones farmacéuticas con las cuales se tienen vínculos comerciales, obteniendo un doble beneficio al prescribir dichos productos.
  ï‚§ En la investigación clínica, percibir ingresos económicos personales al incorporar pacientes en un proyecto financiado por la industria farmacéutica. Mencionan a este respecto estudios que muestran una significativa correlación entre conflictos de intereses y obtención de resultados favorables al financista, así como una elevada tasa de errores metodológicos o simplificaciones estadísticas en el análisis de los resultados de estudios clínicos financiados por la industria farmacéutica (Friedman, LS, Richter, ED. Relationship between conflicts of interest and research results. J Gen Intern Med 2004; 19: 51-56  -   Seigel, D. Clinical trials, epidemiology, and public confidence. Stat Med 2003; 22: 3419-3425).


Bibliografía.

MacCarthy F: Una Revisión de la Evolución de la Cirugía Estética A Flor de Piel. , Médico Interamericano 19: 240-245, 2000.

Coleman III W P y Hanke C W: The History of Dermatologic Cosmetic Surgery. En: Coleman III W P, Hanke C W, Alt T H y Asken S: Cosmetic Surgery of the Skin, Second edition, Mosby, St Louis, 1997.

Carvajal Gómez A C: La Medicina Estética, Una Nueva Especialidad Médica, ACICME, Medellín, 1997.

Hernández G – L: La Belleza, documento.

Hoyos Delgado J J: Uso de la Radiofrecuencia en la Medicina Estética, Rio de Janeiro, 2007

Vallejo Cadavid F : Perfil ideal del Dermatólogo Colombiano, III Simposio de la Enseñanza de Dermatología en Postgrado en Colombia Paipa, Boyacá, 13 y 14 de agosto de 2005

Herrero Zarpa R, Darlo Romdon R: Medicina Estética y Psiquiatria : Una Asociación

ACICME ( Asociación Científica Colombiana de Medicina Estética):Campo de accion de la especialidad de la Medicina  Estética., Medellín, 2006                                                                                                                                                                                                                  

Enciclopedia Encarta 99, Microsoft Corporation, U.S.A., 1999. 

 

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